No hay una única solución para avanzar hacia la descarbonización. Por eso, alba piensa en impulsar nuevas energías; piensa en hidrógeno renovable. Promover la economía del hidrógeno como apuesta por la descarbonización de los sectores y la reactivación de la economía.
Piensa en cómo ha llegado la comida a tu mesa, en cómo se han hecho los platos en los que comes cada día. El hidrógeno puede ayudarnos a mover aviones, transportes marítimos, fábricas... Reducir las emisiones en estos procesos es la clave para disminuir las emisiones mundiales, y necesitamos descarbonizar toda nuestra actividad.
Sector
químico
Calor
industrial
Fabricación
de acero
Sector
alimentario
Transporte
Aviación
Transporte
marítimo
alba cree en el hidrógeno renovable como protagonista de la transición hacia la neutralidad climática.
No emite gases contaminantes durante la combustión ni durante el proceso de producción.
Es fácil de almacenar, lo que permite su uso en momentos distintos al de su producción: lo puedes generar en invierno y consumirlo en verano.
El hidrógeno puede transformarse en electricidad, combustibles sintéticos o materia prima para muchos productos. Puede utilizarse con fines domésticos, comerciales, industriales o de movilidad. El hidrógeno se materializa en los hilos de tu ropa, el acero de tu casa o los componentes de los alimentos que comes.
Es una fuente de energía de origen local. El hidrógeno renovable se genera y se almacena localmente. Al no importarse de fuera, aumentamos la seguridad del suministro y reducimos la dependencia.